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¡El clima se está calentando!
La crisis ya ha llegado.

¡No esperemos soluciones de arriba!

No son los expertos quienes salvarán el planeta.

El cambio real viene de quienes viven la realidad, de quienes conocen la tierra, el territorio y el pulso colectivo del futuro.

La Cumbre de los Pueblos es nuestra fuerza, nuestro grito por la justicia climática.

¡El clima se está calentando!
La crisis ya ha llegado.

¡No esperemos soluciones de arriba!

No son los expertos quienes salvarán el planeta.

El cambio real viene de quienes viven la realidad, de quienes conocen la tierra, el territorio y el pulso colectivo del futuro.

La Cumbre de los Pueblos es nuestra fuerza, nuestro grito por la justicia climática.

Una Historia de Resistencia y Justicia Climática

Unidos por la Tierra.
Impulsados por la Justicia.

Desde 1992, con el Foro Global, la Cumbre de los Pueblos se ha alzado como un grito de resistencia, un eco de las voces silenciadas por la desigualdad.

En este espacio de lucha y esperanza, las comunidades indígenas, tradicionales y periféricas —aquellas que menos han contribuido a la crisis climática pero que más sufren sus impactos— finalmente tienen la oportunidad de ser escuchadas.

Mientras las COP oficiales siguen enfocándose en números y metas, la Cumbre habla de vidas, derechos y territorios. Aquí estamos construyendo un futuro basado en la justicia social y ambiental, demostrando que nuestra lucha es tan urgente como necesaria.

Una Historia de Resistencia y Justicia Climática

Unidos por la Tierra.
Impulsados por la Justicia.

Desde 1992, la Cumbre de los Pueblos se ha alzado como un grito de resistencia, un eco de las voces silenciadas por la desigualdad.

En este espacio de lucha y esperanza, las comunidades indígenas, tradicionales y periféricas —aquellas que menos han contribuido a la crisis climática pero que más sufren sus impactos— finalmente tienen la oportunidad de ser escuchadas.

Mientras las COP oficiales siguen enfocándose en números y metas, la Cumbre habla de vidas, derechos y territorios. Aquí estamos construyendo un futuro basado en la justicia social y ambiental, demostrando que nuestra lucha es tan urgente como necesaria.

La Cumbre es un llamado a la acción por una transición justa y solidaria, donde nadie quede atrás.

Desde agosto de 2023, hemos estado trabajando juntos para crear propuestas que reflejan la fuerza y las realidades de las comunidades que a menudo son excluidas de los procesos de toma de decisiones.

En Belém, la Amazonía se convierte en algo más que un bioma: es un símbolo poderoso de resistencia y lucha por la justicia climática.

Este es un espacio donde se respetan las prácticas tradicionales y se amplifican las voces de quienes habitan el bosque.

Aquí, cada idea y cada experiencia es vital para construir un futuro que respete a todos los pueblos.

La Cumbre es un llamado a la acción por una transición justa y solidaria, donde nadie quede atrás.

Desde agosto de 2023, hemos estado trabajando juntos para crear propuestas que reflejan la fuerza y las realidades de las comunidades que a menudo son excluidas de los procesos de toma de decisiones.

En Belém, la Amazonía se convierte en algo más que un bioma: es un símbolo poderoso de resistencia y lucha por la justicia climática.

Este es un espacio donde se respetan las prácticas tradicionales y se amplifican las voces de quienes habitan el bosque.

Aquí, cada idea y cada experiencia es vital para construir un futuro que respete a todos los pueblos.

En la Cumbre de 2024, unimos una verdadera fuerza de diversidad.

Los movimientos de mujeres, los pueblos indígenas, los quilombolas, la juventud y las comunidades de diferentes orígenes se reunirán para crear una agenda que reconozca la profunda interconexión entre la justicia climática y los derechos territoriales.

Nuestras demandas son claras:
Queremos justicia climática global,
Queremos la protección de los derechos humanos,
Queremos una transición energética que no penalice a los más vulnerables,
Y queremos el reconocimiento de la agroecología como una alternativa viable.

En la Cumbre de 2024, unimos una verdadera fuerza de diversidad.

Los movimientos de mujeres, los pueblos indígenas, los quilombolas, la juventud y las comunidades de diferentes orígenes se reunirán para crear una agenda que reconozca la profunda interconexión entre la justicia climática y los derechos territoriales.

Nuestras demandas son claras:

Queremos justicia climática global,
Queremos la protección de los derechos humanos,
Queremos una transición energética que no penalice a los más vulnerables,
Y queremos el reconocimiento de la agroecología como una alternativa viable.

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